El dominio del ojo y la propuesta de Pallasmaa

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Juhani Pallasmaa

La multisensorialidad para Pallasmaa:

Every touching experience of architecture is multi-sensory; qualities of space, matter and scale are measured equally by the eye, ear, nose, skin, tongue, skeleton and muscle. Architecture strengthens the existential experience, one’s sense of being in the world, and this is essentially a strengthened experience of self. Instead of mere vision, or the five classical senses, architecture involves several realms of sensory experience which interact and fuse into each other” (J. Pallasmaa, 2015: 45)

Siguiendo a M. Akrich (1992), los procesos de innovación tecnológica son el resultado de negociaciones entre diseñadores y los potenciales usuarios, que se trasladan al marco de una forma tecnológica, es de decir, se encripta en su diseño. Akrich señala que en estos procesos de negociación muchas veces se excluye o se margina al usuario real en las decisiones fundamentales, el análisis de estos procesos de encriptación, llevados al examen de la ciudad, hacen posible dilucidar ciertas lógicas o patrones de exclusión en los procesos diseño y construcción de la ciudad, que en este caso, se pueden seguir a través de las prácticas casi milenarias de la arquitectura, arte, la literatura y la historia del pensamiento occidental, que nos llegan hasta hoy (M. Jay, 1999), y que, desde de la posición de las personas ciegas, pueden ser constituyentes de dispositivos de dominación biopolítica (M. Foucault, 1979), que se ejercen a través de las barreras y el control y/o exclusión de los accesos.

Así, por un lado, Padovan (1999) y A. Pérez Gómez (2006) coinciden en señalar que las diferentes tipos de medidas de las obras arquitectónicas que se proyectan a través historia de las sociedades occidentales, ubican las proporciones humanas estudiadas por Vitruvio como una estándar referencia para recortar el cuerpo y representarlo en los planos que dibujan los arquitectos. Arrojando a una situación de exclusión a todos aquellos colectivos humanos que no encajan en las proporciones ideales del cuerpo de la arquitectura. Por otro lado, de manera yuxtapuesta o conjunta a las discusión de las medidas antropométricas, también existe otros conjunto de  practica de exclusión que constituyen el oculocentrismo que, siguiendo a Pallasmaa (2012), es un valor dominante en la arquitectura occidental que enmarca cierto sentido de la estética de lo que debería ser la arquitectura de la ciudad, pensada para ser percibida y apreciada a través de los ojos, es decir, ciudades cuya línea arquitectónica sólo están pensadas para ser apreciadas a través de impactos visuales, situación que una vez más arroja a posiciones de exclusión todos aquellos colectivos humanos con diversidad sensorial

El oculocentrismo según Martín Jay en su libro “Ojos Abatidos, la denigración de la visión en el pensamiento francés del siglo xx” (2007) son prácticas sociales y culturales imbuidas por lo visual, es un régimen de dominio (ocular) que antepone este sentido o estas prácticas como valor central, en detrimento de los demás cualidades sensibles de la vida. El oculocentrismo como rasgo cultural occidental domina las artes, las arquitectura, la tecnología y la ciencia. La crítica oculocentrismo del perspectivismo cartesiano y moderno (diferente de la Grecia clásica y a la escolástica), en la tradición francesa resulta fundamental para comprender estás lógicas de exclusión de lo no visual en la concepción de casi todo lo que hacemos.

SIn dos cuadros contenidos en una sola imagen. En primer cuadro muestra un rayo de luz que sale desde adentro del ojos. En el segundo cuadro  una mano abre los parpados de una mujer

Walter Benjamin en algunos en Charles Baudelaire enuncia la metáfora fl%E2neur, como un sujeto urbano, un paseante que contempla las transformaciones urbanas del París del siglo IX por medio de una preponderancia de la mirada al andar, al caminar en medio de las multitudes “, pero este flâneur en líneas con lo que podría señalar Merleau-Ponty (1985), mira pero no sólo a través de la visión sino a través del cuerpo, si quisiéramos construir una metáfora el flâneur,para mundo contemporáneo tendríamos que considerar la diversidad sensorial de las personas y los entramados sociotécnicos que se encargar de producir los sentidos en el espacio urbano. En este sentido para JuhaniPallasma, precursor de la arquitectura sensorial quien realiza una crítica a dominio del oculocentrismo en la arquitectura. Pallasma en “Eyes of the skin: architecture of senses” señala:

El ojo conquista su papel hegemónico en la práctica arquitectónica , tanto consciente como inconscientemente, de forma gradual con el surgimiento de la idea de un observador sin cuerpo . El observador se separa de una relación de encarnado con el medio ambiente a través de la supresión de los otros sentidos , en particular por medio de extensiones tecnológicas de los ojos y la proliferación de imágenes (J. Pallasmaa, 2012:.29)

Para Pallasmaa, esta situación de dominio no se da en todas las arquitecturas, las construcciones de arcilla y barros de los indígenas en diversas partes del mundo parece haber nacido de los sentidos musculares y hápticos más que visuales. Para Pallasmaa esta transición desde formas de construir gobernadas por la háptica (ciencia del tacto) al control de la visión puede explicar la perdida de plasticidad y intimidad de la culturas tradicionales. Para Pallasmaa el predominio de los ojos y la supresión de los otros sentidos tienden a empujarnos hacia el aislamiento, el desapego y la exterioridad.

Quizás las luchas por hacerse un lugar en la ciudad, para los colectivos con diversidad funcional sensorial pasa por descentrar o destronar la visión como único sentido rector del diseño y producción de esta, me refiero a la necesidad de crear espacios urbanos multisensensoriales o intersensoriales. Al respecto, por ejemplo, un arquitecto de reconocida trayectoria en temas de accesibilidad nos decía en una entrevista “tenemos que diseñar jardines de olores” (Rovira-veleta)